A pocos pasos de los límites del Parque Natural de Despeñaperros se guarece, entre las umbrías resecas de la naciente espina dorsal de Sierra Morena, un pequeño río de veneros manchegos y cauce andaluz, el Guarrizas. Sus aguas zigzaguean entre las fincas y huertas de la cercana localidad de Aldeaquemada, con la querencia del desnivel cedido por los montes tronzados que por aquí medran.
Una tierra fragmentada y agreste cincelada a golpes de erosión, que sorprende al forastero con una de las visiones más atractivas para cualquier amante de la naturaleza, un salto de agua de cuarenta metros de altura por donde el Guarrizas se despeña. Conocida como la Cascada de la Cimbarra, no cabe duda de que se trata uno de los del rincones más fastuosos de la provincia jiennense, por lo que la administración andaluza le otorgó protección con la figura de Paraje Natural.
Las lluvias invernales y las nevadas caídas los últimos días han convertido esta catarata en un lugar de ensueño. Encajada entre las cortaduras, la corriente del río olvida la horizontalidad ante la presencia de una falla compuesta por dos gigantescos escalones. La eterna rutina de las aguas golpeando el fondo del saltadero ha dado forma a una inmensa poza esmeralda de escarpadas paredes, aguas-de-andalucia-2conocida como Marmita del Gigante, que idealiza aún más la imagen de postal de la Cimbarra. Unos cientos de metros corriente abajo los peldaños del cauce dan lugar a otro grupo de pequeños saltos llamados las Cimbarrillas.
Para acceder hasta este paraje natural se toma un camino carretero que sale de Aldeaquemada, al lado justo de las escuelas. Tras un par de kilómetros paralelos al río, el sendero se empina hasta lo alto de una loma donde un cartel indicador señala la estrecha senda que entre jaras, brezos y chaparros lleva al mirador de la Plaza de Armas. Este oteadero, por encima de la cascada, tiene la mejor vista de todo el entorno, pero también se puede llegar hasta los pies de la marmita por otra senda que desciende hacia los restos de un antiguo molino, que aprovechaba la fuerza del agua para mover sus piedras.
En los alrededores de este rincón natural existe un valioso patrimonio cultural compuesto por más de 20 yacimientos de arte rupestre esquemático y levantino, como el de Tabla de Pochico, en el mismo cerro de la Cimbarra, o los de Monuera y Desesperada, que han sido recientemente declarados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.
En las próximas semanas del final de invierno y principios de la primavera se suceden los mejores momentos para visitar este espectacular salto de agua, mientras en el Guarrizas rebosan los líquidos de su cauce. En el Centro de Visitantes Puerta de Andalucía, en Santa Elena, y en el Centro de Interpretación del Patrimonio Natural, Histórico y Cultural del Parque Natural de Despeñaperros, en Aldeaquemada, se encuentra toda información necesaria sobre La Cimbarra y su entorno.
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